Dedicado a todas las personas que
sujetas al sueño han querido volar más allá de aquello que la realidad les dio.
A los pueblos humildes donde existe la felicidad
aparejada del dolor mundial.
Al instinto humano,
aquel que, guardado nos hace a veces invencibles.
Al mi pueblo
que vive cada día y escala la parte mágica de las luces verdes para lograr la
libertad de aquellos que sufren en cada parte del mundo.